Colegio Bilingüe Lidia Salman de Vargas
Alumno: Diego Alexis Baños
Profesor: Juan Carlos Del Cid
Grado: Primer Año de Bachillerato
Sinonimia
La sinonimia es la semejanza de significados entre dos o más términos comprendidos en un mismo campo semántico, es decir, dentro de un mismo ámbito de asociación de palabras que, a pesar de tener ciertos matices diferentes, están referidas a un tema en común.
Por ejemplo, los sinónimos de desastre son: calamidad, devastación, ruina, catástrofe y cataclismo.
La sinonimia estricta es muy rara en las lenguas, y suele darse por la existencia de formas dialectales coexistentes, o en formas léxicas del mismo significado pero usadas en contextos diferentes. La sinonimia parcial es mucho más frecuente.
Clases de Sinonimia
- La sinonimia total. se da cuando dos términos son totalmente intercambiables en un mismo contexto. Dicha sinonimia total es muy poco frecuente (ejemplos: esposo /marido). Es mucho más frecuente la sinonimia parcial que se da cuando dos términos son intercambiables en un determinado contexto pero no en otros:
- Hoy Pedro ha venido alterado del trabajo
- (en este contexto alterado, tiene sinonimia parcial con nervioso).
- Hemos alterado el orden de los ejercicios
- (en este contexto alterado, puede ser cambiado por modificado, sinonimia parcial).
Como se puede observar, nervioso y modificado son sinónimos parciales de alterado, pues cada uno es válido para determinados contextos. Sin embargo, en el primer ejemplo no es posible substituir alterado por modificado (sin cambio de significado) ni en el segundo alterado por nervioso.
Específicamente las clases de sinonimia reconocida son:
- Sinonimia conceptual. Los términos relacionados remiten al mismo referente y significan exactamente lo mismo (a veces puede haber una cierta preferencia de un dialecto por una forma y la preferencia opuesta en otro dialecto). Por ejemplo:
-
- asno – borrico
- marido - esposo
- alberca - piscina
- odontólogo - dentista
- Sinonimia referencial. Los términos relacionados remiten al mismo referente pero no significan lo mismo, no presentan exactamente los mismos rasgos significativos. Por ejemplo:
-
- limonada – bebida
- mesa - mueble
- Sinonimia contextual. Los términos relacionados pueden conmutarse únicamente en determinados contextos. Por ejemplo:
-
- Las legumbres son pesadas (indigestas).
- Tu amigo es muy pesado (cansino).
- Este trabajo es pesado (duro, arduo).
- Sinonimia de connotación. Los términos relacionados están cargados de valoraciones subjetivas, tanto que se pierde el significado objetivo. Por ejemplo:
- Pérfidos, desleales, fementidos,
- crueles, revoltosos y tiranos:
- cobardes, codiciosos, malnacidos,
- pertinaces, feroces y villanos;
- adúlteros, infames, conocidos
- por de industriosas, más cobardes manos...
- Fragmento de El cerdo de Numancia, de Miguel de Cervantes.
- Gordo - Flaco
- Seco - Mojado
- Amor - Odio
- Claro - Oscuro
- Lindo - Feo
- Apagado - Encendido
- Activo - Inactivo
- Grande - Pequeño
- Alto - Bajo
- Feliz - Triste
- Abierto - Cerrado
- Divertido - Aburrido
- Rico - Pobre
- Valiente - Cobarde
- Duro - Blando
- Frío - Calor
- Bueno - Malo
- Fácil - Difícil
- Verdad - Mentira
- Eliminar - Añadir
- Salir - Entrar
- Higiénico - Insalubre
- Justicia - Injusticia
- Largo - Corto
- callado (participio del verbo callar) y cayado (bastón)
- descinchar (soltar las cinchas) y deshinchar (desinflar)
- losa (piedra aplanada) y loza (barro cocido)
- maya (cultura/pueblo Maya) y malla (chaak asno)
- cazar (capturar un animal) y casar (unir una pareja)
- absorción (de absorber) y adsorción (de adsorber)
- adaptar (ajustar) y adoptar (adquirir)
- especia (condimento) y especie (clase, tipo)
- prever (pronosticar) y proveer (suministrar)
- actitud (comportamiento) y aptitud (conocimiento)
- docena y decena.
- agro-nomía
- ana-lgesico
- a-normal
- ante-ultimo
- bi-polar
- cardio-logía
- con-texto
- crono-grafo
- des-preciar
- dis-capacidad
- anti-rabico
- auto-movil
- bi-cicleta
- bio-logía
- dis-locado
- emi-tido
- ex-presidente
- extra-ordinario
- Acho (despectivo) poblacho.
- Ancia (acción) vagancia.
- Ar (perteneciente a) pulmonar.
- Cida (que mata) raticida.
- Cito (diminutivo) cochecito.
- Edal (en donde abunda algo) rosedal.
- Ense (gentilicio) Guerrerense.
- Ento (expresa condición) amarillento.
- Érrimo (superlativo) guapérrimo.
- És (gentilicio) francés.
Miguel es un monstruo de la informática (genio, hábil).
Sinonimia como figura
La sinonimia también puede referirse a la figura que consiste en usar intencionadamente voces sinónimas de significación similar para amplificar o reforzar la expresión de un concepto, por ejemplo:
Antonimia
Antónimos son palabras que tienen un significado opuesto o contrario entre sí. Deben pertenecer, al igual que los sinónimos, a la misma categoría gramatical. Por ejemplo, antónimos de alegría son: tristeza, depresión, melancolía...; antónimos de grande son pequeño o chico.
Existen al menos tres clases de antónimos:
Complementarios: El significado de una elimina el de la otra, incompatibles entre sí. Ejemplo: vivo y muerto (no se puede estar vivo y muerto a la vez). Es decir, la afirmación de uno implica la negación del otro. Por ejemplo, Si algo es legal, no puede ser ilegal.
Graduales: Las dos palabras se oponen de forma gradual; hay otras palabras que significan lo mismo con diferente grado. Ejemplos: blanco y negro (hay gris), frío y caliente (hay templado, gélido, helado, tibio...).
Recíprocos: Designan una relación desde el punto de vista opuesto, no se puede dar uno sin el otro. Ejemplo: comprar y vender (para que alguien venda una cosa otro tiene que comprarla; si uno no compra, el otro no vende, pero no se puede comprar algo si no lo vende alguien)
Ejemplos de Antonimia
Paronimia
La paronimia es una relación semántica que consiste en dos (o más) palabras semejantes en el sonido, pero que se escriben de forma diferente y tienen significados distintos.
Ejemplos de Parónimos:
Los siguientes términos son homófonos en aquellos dialectos cuya pronunciación es seseante/ceceante, y/o yeísta.
Homonimia
Homonimia (del
griego homōnymos, ‘igual nombre’) es la cualidad de dos palabras (de distinto
origen y significado por evolución histórica) que se escriben diferente pero se
pronuncian de la misma manera, aunque con significados diferentes, por ejemplo
«mas» y «más».
En un diccionario, las palabras homónimas tienen
entradas distintas.
Es posible distinguir dos tipos de homónimos:
• Las palabras homógrafas.
• Las palabras homófonas.
Homógrafas
Del griego homo:
‘igual’, y grafos: ‘escritura’.
Las palabras homógrafas son aquellas que se
escriben de forma idéntica pero tienen diferentes significados, es decir,
tienen el mismo significante pero distinta etimología, por tanto, distinto
significado.
Ejemplos:
• En la frase "el piñón de mi bicicleta está
roto", "piñón" hace referencia a una rueda pequeña y dentada que
engrana con otra mayor en un mecanismo. En cambio, en la frase "este piñón
era el único que había en la piña", "piñón" hace referencia a
una almendra blanca y comestible del piñonero.
• Vino
1. Del verbo venir.
2. Bebida.
1. Del verbo venir.
2. Bebida.
• Copa
1. Parte del sombrero.
2. Vaso con pie para beber.
3. Parte más alta del árbol.
4. Del verbo copar.
5. Sinónimo de trofeo.
1. Parte del sombrero.
2. Vaso con pie para beber.
3. Parte más alta del árbol.
4. Del verbo copar.
5. Sinónimo de trofeo.
• Banco
1. Entidad crediticia.
2. Asiento.
3. Conjunto de peces.
1. Entidad crediticia.
2. Asiento.
3. Conjunto de peces.
• Nada
1. Del verbo nadar.
2. Inexistencia, vacío.
Homófonas
Del griego homo: ‘igual’, y fonos: ‘sonido’. Los términos homófonos (del griego homos, igual; y
fonos, sonido) son aquellas palabras homónimas
que se pronuncian igual, pero se escriben de modo diferente.
Ejemplos
• A / HA / AH /
En el primer caso,
"A" cumple la función de preposición: Me voy a estudiar.
En el segundo caso,
"HA" cumple la función de verbo: Me ha dicho mentiras.
En el tercer caso,
"AH" cumple la función de exclamación: ¡Ah, al fin llegó.!
• En las frases
"boto fuerte la pelota" y "voto porque tengo 18 años", la
"b" y la "v", que son las únicas letras diferentes entre
las dos palabras, se escriben de manera distinta pero se pronuncian igual. En
el discurso hablado, las palabras homófonas sólo se diferencian por el contexto
y por la sintaxis de cada frase.
Prefijos
El término latino “praefixus”, que puede traducirse como “sobre puesto”, es la palabra de la que deriva el actual “prefijo” que ahora vamos a proceder a analizar. En concreto, aquella se encuentra conformada por dos partes diferenciadas: “pre”, que es equivalente a “antes”, y el verbo “figere”, que es sinónimo de “fijar”.
El prefijo, por lo tanto, es un afijo antepuesto que crea una palabra derivada. De esta manera, el prefijo inter se puede sumar a un término para especificar que se encuentra entre medio de algo. Por ejemplo: intermedio, intercomunicador (“Quiero la caja de tamaño intermedio”, “Tenemos que llamar al departamento técnico: el intercomunicador no funciona”.
En nuestra lengua, existen numerosos prefijos, la mayoría de ellos con origen en el latín o el griego. Algunos indican un número o una cantidad, como cuadri o penta (“El boxeador británico subió al cuadrilátero y escuchó una ovación”, “No sé dónde ubicar la clave de sol en el pentagrama”).
Otros prefijos revelan negación u oposición: ese es el caso de des o dis (“Tuviste muchos desaciertos en el último año como para pretender un ascenso”, “El gerente quedó disconforme con el proyecto que le presentamos”).
Muchos son los tipos de prefijos que existen en castellano. No obstante, podemos clasificarlos en tres grandes grupos:
• Por su origen. En este caso, dentro de dicha agrupación lo habitual es que nos encontremos con dos conjuntos fundamentalmente, los que emanan del latín y los que lo hacen del griego. Entre los más habituales que proceden del latín se encuentran “ante-“, “con-“, “contra-“, “des-“ o “hemi-“. En el caso de los prefijos más frecuentes que derivan del griego están “anti-“, “epi-“, “hiper-“, “hipo-“, “macro-“ o “meta-“, entre otros muchos más.
• Por su posición. En esta modalidad nos encontramos con dos grandes grupos diferenciados: los que directamente se integran o superponen con la palabra a la que “acompañan” o los que se colocan de manera separada delante de aquella.
• Por sus señas de identidad.
Cabe destacar que los prefijos se escriben unidos a la palabra que modifican, sin guión. Es decir: se debe escribir “reproducir” y no “re-producir”. Existen, de todos modos, algunas excepciones.
Ejemplos de Prefijos:
Sufijos
El vocablo latino suffixus derivó en sufijo, un concepto que se emplea en la gramática para nombrar al al afijo que se añade en el final de una palabra. Un afijo, por su parte, es una secuencia lingüística que altera el significado de un término.
Los sufijos, por lo tanto, son afijos que se posponen, a diferencia de los prefijos (que se ponen por delante de la palabra). Esto quiere decir que el sufijo se ubica después de la raíz o del lexema.
Conocer los diferentes tipos de sufijos que existen en nuestra lengua es sumamente importante, ya que nos puede traer varios beneficios. Por un lado, nos ayuda a deducir el significado de una palabra desconocida para nosotros; por ejemplo, la primera vez que nos encontramos con el término “animación” sabremos que se trata de una acción, y que no puede ser un adjetivo, como sí ocurre con “animada”, aunque ambas pertenezcan a la misma familia.
El estudio de la etimología también requiere del dominio de este y otros conceptos, como ser los prefijos, ya que acarrea la descomposición de las palabras en todas sus partes para intentar hallar el origen y la evolución de su significado desde la primera lengua en la que se concibió hasta llegar al castellano, en nuestro caso.
Es habitual que el sufijo sea un pronombre que se agrega a un verbo, componiendo una sola palabra. Por ejemplo: “caerse” (caer + se). En este caso, el pronombre “se” es añadido como sufijo al verbo “caer” para la creación de la palabra “caerse”, que puede emplearse en diferentes oraciones: “Al caerse, el hombre se golpeó la cabeza”, “Si sigue soplando el viento, esa cartel va a caerse”.
Los sufijos también pueden añadirse a otros tipos de palabras más allá de los verbos. El sustantivo “cuchara”, por citar una posibilidad, puede convertirse en “cucharada”: “Para completar la preparación, hay que agregar una cucharada de fécula de maíz”, “El niño deberá tomar una cucharada de jarabe cada doce horas”, “Puedes endulzar el pastel con algunas cucharadas de miel”.
Los sufijos se dividen en:
Sufijos apreciativos
Se trata de aquellos que sirven para indicar cualidades subjetivas (estima) y objetivas (tamaño), y se dividen en:
Diminutivos: denotan un tamaño o un afecto menor (-ito: perro, perrito).
Aumentativos: denotan un tamaño mayor (-ote: muchacho, muchachote).
Peyorativos: también se conocen como despectivos, ya que sirven para indicar desprecio (-ucha: casa, casucha).
Aumentativos: denotan un tamaño mayor (-ote: muchacho, muchachote).
Peyorativos: también se conocen como despectivos, ya que sirven para indicar desprecio (-ucha: casa, casucha).
Sufijos flexivos
Son quizás los más usados en nuestro idioma, ya que sirven para indicar los accidentes gramaticales. En otras palabras, indican:
Género: “niño” y “niña” se diferencian por los sufijos -o y -a, que indican género masculino y femenino, respectivamente.
Número: en el caso de “carta” y “cartas”, tan sólo la segunda palabra tiene un sufijo de número, -s. Existen algunos términos que no pueden utilizar -s para formar el plural, sino que requieren de -es, como ser estación (estaciones) y león (leones).
Persona: el español distingue una conjugación de los verbos diferente para cada persona, y esto se consigue a través del uso de sufijos. Por ejemplo, el verbo “cantar” en Presente del modo Indicativo se conjuga canto, cantas, canta, cantamos, cantáis, cantan, donde los sufijos para yo, tú, él, nosotros, vosotros, ellos son -o, -as, -a, -amos, -áis, -an, respectivamente.
Modo, tiempo y aspecto: así como en el punto anterior, el sufijo nos permite saber que “canto” está conjugado en el modo indicativo, en tiempo presente y que su aspecto es imperfecto.
Número: en el caso de “carta” y “cartas”, tan sólo la segunda palabra tiene un sufijo de número, -s. Existen algunos términos que no pueden utilizar -s para formar el plural, sino que requieren de -es, como ser estación (estaciones) y león (leones).
Persona: el español distingue una conjugación de los verbos diferente para cada persona, y esto se consigue a través del uso de sufijos. Por ejemplo, el verbo “cantar” en Presente del modo Indicativo se conjuga canto, cantas, canta, cantamos, cantáis, cantan, donde los sufijos para yo, tú, él, nosotros, vosotros, ellos son -o, -as, -a, -amos, -áis, -an, respectivamente.
Modo, tiempo y aspecto: así como en el punto anterior, el sufijo nos permite saber que “canto” está conjugado en el modo indicativo, en tiempo presente y que su aspecto es imperfecto.
Ejemplos de Sufijos:
La raíz se resalta en azul y los sufijos en rojo para su mejor comprensión:
No hay comentarios:
Publicar un comentario